En una playa.
Era mujer, a la orilla del Ganges.
Delante, hombres aguardando la conferencia.
En las manos, libros.
Prosa, los primeros.
Los segundos, Shakespeare.
A la espalda, río.
Me alejo y camino.
Las olas se agitan, ostentosamente.
No rebasan lo seco, pero.
El color es parduzco, de muerte.
Cadáveres que se pudren, incorpóreamente.
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